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En el mundo acelerado de hoy, los niños también sienten emociones intensas, pero no siempre saben cómo expresarlas o entenderlas.

Esta actividad, «¿Dónde guardas tus emociones?», es una forma divertida y tranquila de ayudar a los pequeños a conectar con lo que sienten, a ser más conscientes de su cuerpo y a practicar la atención plena (mindfulness). Es perfecta para hacer en casa o en el aula, y solo necesitas materiales simples.

Además, ¡es una oportunidad para compartir un momento especial con ellos!

Por qué es buena esta actividad

  • Fomenta la autoconciencia emocional: Ayuda a los niños a identificar y nombrar sus emociones, un primer paso para manejarlas.
  • Desarrolla la atención plena: Al enfocarse en su cuerpo, aprenden a estar presentes en el momento.
  • Estimula la creatividad: Usar colores y dibujos les permite expresarse sin presión.
  • Fortalece el vínculo: Hacerlo juntos abre la puerta a conversaciones sobre cómo se sienten.
  • Relaja y reduce el estrés: Es una pausa tranquila en su día, ideal para calmar la mente.

La importancia de vigilar las emociones tristes y cuándo buscar ayuda

Como padres, ver a nuestros hijos explorar sus emociones con esta actividad puede ser una experiencia hermosa y reveladora. Sin embargo, también es una oportunidad para estar atentos a lo que nos dicen sus «mapas emocionales», especialmente cuando las emociones tristes, como la melancolía, el miedo o la frustración, aparecen con frecuencia o se sienten muy intensas. Es normal que los niños pasen por momentos de tristeza —un amigo que se muda, una mascota que se pierde, un día difícil en la escuela—, pero hay señales que vale la pena no pasar por alto.

La vigilancia empieza con escucharlos y observarlos. Si notas que tu pequeño dibuja o habla de tristeza en su cuerpo de manera constante, si parece apagado, irritable o desinteresado en cosas que antes lo emocionaban por más de un par de semanas, podría ser momento de prestar atención extra. Otros signos a considerar son cambios en el sueño (dormir demasiado o muy poco), en el apetito, o si evita jugar o estar con otros. No se trata de alarmarse por cada lágrima, sino de reconocer patrones que no encajan con su forma habitual de ser.

¿Cuándo es buena idea visitar a un especialista?

Un psicólogo o psiquiatra infantil puede ser un gran aliado si sientes que la tristeza de tu hijo está afectando su día a día —si no quiere ir a la escuela, si se aísla mucho o si dice cosas como «nada importa» o «estoy mal todo el tiempo»—. Estos profesionales no solo ayudan a entender qué pasa, sino que les dan a los niños (y a nosotros como padres) herramientas para navegar esas emociones grandes.

No hay que verlo como un «fracaso» de nuestra parte; al contrario, buscar apoyo es un acto de amor y fortaleza para que crezcan sanos por dentro y por fuera. Si tienes dudas, empieza con el pediatra o un consejero escolar; ellos también pueden guiarte.

Esta actividad puede ser un puente para esas conversaciones importantes. Mientras colorean sus emociones, también nos dan pistas de cómo se sienten, y estar presentes para ellos —ya sea con un abrazo o con ayuda profesional— hace toda la diferencia.

Descripción de la actividad: ¿Dónde guardas tus emociones?

En esta linda y amena actividad, los niños explorarán dónde sienten sus emociones en el cuerpo (por ejemplo, mariposas en el estómago cuando están nerviosos o el corazón acelerado cuando están felices). Luego, usarán un dibujo de su silueta para colorear y decorar esos lugares, creando un «mapa emocional» único.

Pasos:

  1. Preparación: Habla con el niño sobre las emociones. Pregúntale: «¿Alguna vez has sentido cosquillas en la barriga o calor en el pecho? ¿Dónde sientes la alegría, el enojo o la tristeza?». Explícale que vamos a descubrir dónde «guarda» sus emociones.
  2. Dibujar la silueta: Traza el contorno de su cuerpo en una hoja grande (puedes acostarlos en el papel y dibujar alrededor) o usa una plantilla de silueta humana que ellos puedan decorar.
  3. Reflexiona y elige emociones: Pide que piensen en 3 o 4 emociones que hayan sentido lately (alegría, miedo, enojo, calma, etc.).
  4. Colorea el mapa emocional: Dale crayones, marcadores o pinturas y pídeles que coloreen las partes del cuerpo donde sienten cada emoción. Por ejemplo: «La alegría está en mi sonrisa, así que pinto mi cara de amarillo».
  5. Hablen sobre ello: Cuando terminen, pregúntales qué sintieron al hacerlo y cómo se ven sus emociones en el dibujo. ¡No hay respuestas incorrectas!

Detalles:

  • Duración: 20-30 minutos, dependiendo de la edad y el entusiasmo del niño.
  • Edad sugerida: 4 a 10 años (ajusta la explicación según su nivel).
  • Ambiente: Un lugar tranquilo, con música suave si quieren.

Materiales:

  • Hojas grandes de papel (o papel normal si usas una plantilla).
  • Crayones, marcadores, pinturas o cualquier material para colorear.
  • Una plantilla de silueta humana (opcional, puedes buscar una en línea e imprimirla).
  • Lápiz o marcador para trazar (si dibujas su contorno).
  • Espacio cómodo como una mesa o el piso.

Conclusión

«¿Dónde guardas tus emociones?» no es solo una actividad creativa, sino una herramienta para que los niños exploren su mundo interior de manera sencilla y divertida. Al terminar, tendrán un dibujo colorido que refleja cómo sienten y un poquito más de calma en su día. Guarden su «mapa emocional» como recuerdo o úsenlo para hablar de emociones cuando necesiten. ¡Es un pequeño paso hacia crecer con mindfulness!